Mujeres, gastronomía y destilados mexicanos, una experiencia con Mux y Matuche
Cuando hablamos de la gastronomía y destilados mexicanos, no podemos ignorar el papel fundamental que las mujeres juegan en su desarrollo, ellas son quienes con sus manos trabajan los ingredientes, los reúnen y los convierten en platillos que tienen detrás de sí décadas de tradición.
En la cocina de nuestro país, ellas han sido pilar fundamental, y es por eso que la chef Diana López del Río, a manera de homenaje, nos invita a un viaje de destilados y moles que tienen como sello, la esencia de estas mujeres. Para la chef López del Río la cocina mexicana es un ente vivo, es decir, es todo aquello que hoy se siembra, se come, se ofrenda y se adapta en el entorno de la vida diaria.
Su pasión es registrar la cocina regional mexicana, por eso recorre el país para realizar un trabajo de campo que le permita aprender, no sólo sobre comida, sino sobre las formas de vivir. Los platillos que llegan a Mux, el restaurante que dirige, son fruto de este aprendizaje: “Lo que servimos no es una creación mía, son platos con nombre y apellido, así que en el menú siempre se hace la mención. Además, previo al lanzamiento de cada temporada, cocineras y productores autorizan la salida de los platos, ellas y ellos vienen aquí para aprobar la ejecución y sabor de la receta”.
De manos de mujer: mole
El recorrido que Diana López del Río ofrece es una experiencia que estará disponible durante todo el mes de marzo. Los comensales podrán disfrutar de tres tipos de moles, el primero de ellos es una receta que aprendió en uno de sus viajes: “es el mole verde de Diana Flores, ella es una de las 31 cocineras tradicionales del Edomex, registradas ante la UNESCO y el conservatorio de cocina mexicana, es una de las mujeres que sostiene y representa esta fuerza con conocimiento ante la historia y el mundo gastronómico”.
Otro plato que también se ofrecerá en esta experiencia es el Mole Rojo de Malinalco, ésta es una combinación de las recetas de Diana Flores, Agrícola y Maritere Origuelda. La chef López del Río cuenta que “aquí se decidió meter la sazón del barrio de San Martín con la receta de Las 6 calles para conjuntar polaridad en sabores”.
El último platillo que se ofrecerá es el Mole Especial. Esta receta es de Lupita Velasco, quien vive en Chichicasco. Su preparación no es la que se consume cotidianamente en este pueblo, es más bien la que se ofrece en las fiestas y se prepara con nuez, almendra, piñón y plátano macho.
Mezcal y herencia
Durante la experiencia los comensales también podrán disfrutar de una cata de mezcales que se ofrecen en Matuche. El nombre de este lugar es una variación de la palabra “metuche”, que en náhuatl significa “agave”. Su concepto es el de tomar los destilados “derecho”, es decir, desde las lechuguillas hasta las bacanoras, todo se toma sin acompañamiento.
La primera bebida de esta experiencia es un coctel preparado con Lícor Ita, una bebida con causa. Para producirlo, la distribuidora de bebidas artesanales Las Espirituosas se unió al Taller Astrafilia y a más de 40 mujeres de las barras. Las ganancias de su venta serán destinadas a la fundación Vive 100% Mujer, una organización de la sociedad civil sin fines de lucro que promueve la equidad de género, la defensa de los derechos humanos y la atención a la violencia familiar y de género.
Además de este licor, los comensales podrán disfrutar de una cata de tres mezcales producidos por mujeres. El primero de ellos es Santo Llanto, elaborado por Gloria Jarquín y su familia. Ella es educadora comunitaria y desde pequeña estuvo involucrada en la producción del mezcal. Cuenta que en el último año, ella y su mamá han sido quienes se han encargado prácticamente de todo el proceso.
El segundo destilado es Kalanca, producido por la familia de Lesly Cruz. Ella nació en la región chocholteca, en Oaxaca, y pertenece a una etnia que está en riesgo de desaparecer. Su destilado no se hace con agave, más bien se elabora con maíz de cajete, el cual infusionan con una planta regional. Con la elaboración de esta bebida, Lesly y su familia buscan visibilizar los conocimientos ancestrales de su etnia.
La última bebida de la experiencia es Campanilla, un mezcal que para su elaboración sigue un proceso de destilación mongólico. Esta experiencia es un homenaje a las mujeres que con sus saberes y su trabajo hacen perdurar la riqueza de sabores que existen en este país; estará disponible durante todo el mes de marzo.