La madre de todas la bandas, El Recodo, se presentó en la Arena CDMX para, una vez más, deleitar a sus fans de la capital en lo que fue una noche de baile, romanticismo, canto al desamor y obvio, un buen jaripeo.

En punto de las 9:00pm de la noche saltó al escenario Jary Franco con una gran banda para empezar a amenizar una gran noche con grandes éxitos como “Ven porque te necesito”, “El error de mi vida” y los covers de “El Rey” y “Acá entre nos”, para terminar con el tema de Grupo Frontera “No se va”



Un recinto como pocas veces visto, con un mini rodeo en medio de la pista nos adelantaba que habría toros montados, sin duda sería espectacular, pero antes seguiríamos disfrutando de más música.

Los Recoditos salían al entarimado ante los gritos de sus fans, donde canciones como “Mientras tú jugabas”, “El shot”, “Chiquitita” y “Quisiera saber” fueron parte de su repertorio que incluyó grandes videos en las pantallas.

Pasadas las 11 de la noche fue el turno de la banda estelar, la banda que festeja 85 años de carrera, así es, nos referimos a la banda Eeeeeel Recodo de Don Cruz Lizarraga quienes al ritmo de “El Sinaloense” empezaban la fiesta.

“No me sé rajar”, “Quiero”, “Mi gusto es” hacían retumbar la Arena CDMX que lució casi en su totalidad, pero con gran ambiente en todo momento.



Al ser un evento de Jaripeo, se dijo la dinámica que sería las montas de los toros del rancho de Memo Ocampo a cargo de 12 jinetes, en donde solo uno fue el que pudo conseguir la tan ansiada diana, pues duró más de un minuto sobre el toro, por cierto, mis respetos para ellos.

La actuación también incluyó un segmento dedicado al Príncipe de la Canción, José José con canciones como “El Triste”, “Almohada” y “Preso”.

La fiesta seguía y ahora llegaba el momento esperado por todos, Julio Preciado el “Gigante de la banda” los acompañó con temas como “Acábame de matar”, “Por una mujer casada”, “Golpe Traidor”, “Te lo pido por favor” entre otras.

Una gran noche de baile, celebración y buen jaripeo que sin duda, nadie podrá olvidar.
 

Por: Anilú Arias
Fotos: Angel Villarreal